Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria || CNHSM
 

CABILDO – EX CÁRCEL DE PRESAS POLÍTICAS

Montevideo
Ex cárcel de presas políticas – Cabildo

La Cárcel de Cabildo fue recinto carcelario desde 1900 hasta 1989. Originalmente constituyó un lugar de encierro y castigo para las mujeres que los principios morales del catolicismo consideraban transgresoras. En los años previos y durante parte de la dictadura cívico militar la cárcel fue lugar de encierro de presas políticas hasta que en 1977 las trasladaron y concentraron en el Establecimiento Militar de Reclusión (EMR2), en Punta de Rieles.

En el Uruguay del Novecientos, a pesar de que el Estado había iniciado un proceso de secularización, el Poder Ejecutivo puso en manos de las monjas del Buen Pastor la vigilancia de las mujeres delincuentes. En 1899 la congregación religiosa recibió el primer contingente de reclusas y al año siguiente la cárcel se mudó al edificio de la calle Cabildo que sería el definitivo. Desde ese entonces la organización de la vida carcelaria se rigió por los principios del catolicismo más que por los del penitenciarismo. Recién en 1989, en el período democrático, las monjas traspasaron al Ministerio del Interior la administración de la cárcel.

La congregación tiene su origen en la Orden del Buen Pastor, fundada en Francia por María Eufrasia Pelletier con la misión de reformar a “la mujer de vida irregular”. En América del Sur, se radicó inicialmente en Chile y llegó a Uruguay en 1876 pero fue expulsada por resistirse a la Ley de Conventos en el período de Máximo Santos (1880-1885). A fines del siglo la congregación regresó al país gracias a las negociaciones del poeta Juan Zorrilla de San Martín ante el gobierno de Julio Herrera y Obes (1890-1894).

A finales de la década del sesenta del siglo pasado, al grupo de presas de derecho común que cumplían condena en Cabildo se le sumaron las primeras presas políticas que convivieron con aquellas hasta que se produjeron dos fugas masivas.

El contexto de encierro varió a medida que aumentó la cantidad de detenidas políticas. En una primera etapa la custodia de la cárcel estuvo a cargo exclusivo de las monjas. Posteriormente, al triplicarse el número de mujeres en condiciones de encierro, funcionarias policiales se  incorporaron a la custodia. En 1971, luego de la segunda fuga las condiciones de encierro se endurecieron y fueron particularmente duras en los años que siguieron al golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Las últimas prisioneras políticas fueron trasladadas al Penal de Punta de Rieles en 1976. Luego de esa fecha la cárcel siguió funcionando para presas sociales.

Según la versión de las autoridades la cárcel se asemejaba a un hogar.  Así la describió la última directora del Buen Pastor (1967 a 1989) a la antropóloga Blanca Emeric. Aunque por razones de funcionamiento explicó que las detenidas políticas habían sido aisladas del resto de las reclusas y reunidas en tres pabellones, sostiene que en Cabildo se respiraba un clima familiar. Había mascotas, plantas y el cuidado y mantenimiento del lugar era responsabilidad colectiva.  La monja admitió, sin embargo, que aquel había sido un período muy difícil tanto para la cárcel  como para la congregación. (Sapriza. 2019)

Las monjas aplicaban una disciplina rígida y sin concesiones. Las presas debían levantarse al alba y tender las camas con extremo cuidado porque inmediatamente pasaban las celadoras a inspeccionar. Las obligaban a vestir pollera cuyo largo también era materia de vigilancia y a hacer labores como indicaba el modelo patriarcal para el que estaban destinadas y del que habían fugado con el compromiso político. Cocina, limpieza y lavado, eran las tareas principales. Les permitían hacer gimnasia y estudiar Historia Nacional, ocasión que aprovechaban para discutir sobre asuntos políticos de la realidad nacional.

Cabildo conoció dos fugas colectivas organizadas por el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T).  En la primera, el 8 de marzo de 1970, participaron 13 mujeres y fue conocida como «La fuga de las palomas». Las presas lograron llegar a la capilla y ganaron la calle por la puerta. La fuga siguiente, conocida como Operación Estrella, tuvo lugar el 30 de julio de 1971.  Las 38 presas se evadieron por un túnel de más de 40 metros de largo excavado durante cinco meses desde el exterior. Un túnel las llevó de la cárcel hasta la red de cloacas y a través de otro llegaron a una casa cercana, alquilada por el grupo externo organizador de la operación. La excavación de los túneles requirió una importante coordinación con las presas, no solo por su ubicación sino porque debían hacer ruido y utilizar tácticas de distracción para evitar que los cavadores fueran detectados. La mayoría de las 38 mujeres fugadas volvieron a ser detenidas y algunas pasaron más de una década en prisión.

Actualmente el predio continúa siendo propiedad de la congregación religiosa que arrienda una parte al Ministerio del Interior donde funciona el Centro de Formación Penitenciaria, mientras que otro sector aun es un local religioso.

Cabildo

La cárcel, ubicada en Acevedo Díaz 2341 en Montevideo, funcionó desde 1900 gestionada por las monjas de la Orden del Buen Pastor. En 1989 el lugar pasó a manos del Ministerio del Interior y fue cerrada como centro carcelario en 2011. El 17 de marzo de 2017, la Comisión Especial de la Ley 18.596 señalizó el lugar con una placa, como homenaje a las presas y reparación a la memoria colectiva. El 17 de julio de 2019 la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria resolvió declarar Sitio de Memoria un espacio interior del predio, donde antes estuvo una parte del celdario y el patio de visitas.